Figueres A - CE Mercantil 0-3
El alevin B del CE Mercantil encadena su cuarta victória consecutiva, esta vez ante el Figueras A. Los vallesanos no acusaron el largo desplazamiento a tierras ampurdanesas y encarrilaron pronto el partido con un gol tempranero. Depués, el encuentro se embarulló y se hizo correoso hasta que llegó el segundo gol que lo cambió todo y dio paso al tercero, y a algunas otras claras ocasiones. La racha continua y la afición se mostró exultante.

El partido.
Como si de la batalla de Zela (47 a. C. )se tratara, el general Jesus Baronus pudo decir Veni, vidi, vici. Dispuso su ejército sobre el campo de batalla con órdenes claras: buscar líneas de pase, abrir las bandas, ocupar cada uno su lugar y castigar al enemigo como si fuera la batalla final. Y llegó, vió y venció. En el minuto 4 de juego un centro de Sergio es rematado con maestria por David, que con suave toque introduce el balón en la portería El Figueras usa todo su poderío físico para desbaratar los ataques del Mercantil. En la retaguardia la defensa hace un trabajo sobresaliente: Albert primero y Lucas después solventan su trabajo. Obiols corta y sale con la pelota controlada y pasa a Iván o Javi. Por la derecha Carlos cierra su banda con contundencia y claridad de ideas. Sergio distribuye balones a Álex y Dídac que dominan el centro del campo. Los soldados locales se emplean en destruir y contagian sus artes a los nuestros. La batalla se enmaraña durante largos minutos, hasta que Egea recibe un balón y se enfrenta con soltura a la defensa. Regatea a uno, dos, tres y hasta cuatro antes de centrar con peligro al punto de penalti. La grada se levanta ovacionando la acción.
Los generales del Figueres reordenan a los suyos pero Martí se escapa por la izquierda de su defensor, pasa a Álex y éste lanza un peligroso disparo que detiene el guardameta. Antes del fin del primer tiempo Dídac también ensaya un disparo lejano que avisa de lo que puede llegar.
En el descanso, todos los soldados debieron recibir una dosis extra de estímulo porque salen al campo de batalla completamente concentrados. Empiezan a llegar las ocasiones para el Mercantil, pero ninguna clara. Alguna consigna que sale del banquillo hace aparecer la magia. La pelota circula al primer toque primero a la izquierda y después, en tres toques, llega al otro lado del campo donde la recibe Egea que se la adelanta y, viendo al portero ligeramente adelantado, lanza una certera vaselina desde fuera del área que se cuela por la escuadra lejos del alcance de cualquier portero. La belleza del tanto y el momento en el que se produce hace cambiar el partido. El Figueres se ve claramente superado a partir de ese momento por las ráfagas constantes de los delanteros mercantilistas. La jugada se repite: Víctor hace circular el balón con rapidez y lo recibe de nuevo. Chuta a gol y el rechace lo convierte en un centro que Torras remata a gol, el tercero.
Javi, Carlos, Iván y Obiols continúan suministrando balones a la media. Pilar, que ocupa la posición de medio centro, distribuye el juego creando peligro, sobre todo con un chute de falta que da en el poste. Martí, por su parte, regatea a un defensa y sube por la banda un balón que, en un fantástico cambio de juego llega a David. Éste recibe escorado por la derecha, levanta la cabeza y generosamente la cede a Torras que remata a la escuadra. El balón sale rebotado sin entrar en la portería.
El resultado final de 0-3 pudo ser mucho más abultado si se hubieran materializado los dos balones al palo, y un gol anulado. Satisfacción de todas formas en la expedición del Mercantil que vino, vió y venció.
El alevin B del CE Mercantil encadena su cuarta victória consecutiva, esta vez ante el Figueras A. Los vallesanos no acusaron el largo desplazamiento a tierras ampurdanesas y encarrilaron pronto el partido con un gol tempranero. Depués, el encuentro se embarulló y se hizo correoso hasta que llegó el segundo gol que lo cambió todo y dio paso al tercero, y a algunas otras claras ocasiones. La racha continua y la afición se mostró exultante.
El partido.
Como si de la batalla de Zela (47 a. C. )se tratara, el general Jesus Baronus pudo decir Veni, vidi, vici. Dispuso su ejército sobre el campo de batalla con órdenes claras: buscar líneas de pase, abrir las bandas, ocupar cada uno su lugar y castigar al enemigo como si fuera la batalla final. Y llegó, vió y venció. En el minuto 4 de juego un centro de Sergio es rematado con maestria por David, que con suave toque introduce el balón en la portería El Figueras usa todo su poderío físico para desbaratar los ataques del Mercantil. En la retaguardia la defensa hace un trabajo sobresaliente: Albert primero y Lucas después solventan su trabajo. Obiols corta y sale con la pelota controlada y pasa a Iván o Javi. Por la derecha Carlos cierra su banda con contundencia y claridad de ideas. Sergio distribuye balones a Álex y Dídac que dominan el centro del campo. Los soldados locales se emplean en destruir y contagian sus artes a los nuestros. La batalla se enmaraña durante largos minutos, hasta que Egea recibe un balón y se enfrenta con soltura a la defensa. Regatea a uno, dos, tres y hasta cuatro antes de centrar con peligro al punto de penalti. La grada se levanta ovacionando la acción.
Los generales del Figueres reordenan a los suyos pero Martí se escapa por la izquierda de su defensor, pasa a Álex y éste lanza un peligroso disparo que detiene el guardameta. Antes del fin del primer tiempo Dídac también ensaya un disparo lejano que avisa de lo que puede llegar.
En el descanso, todos los soldados debieron recibir una dosis extra de estímulo porque salen al campo de batalla completamente concentrados. Empiezan a llegar las ocasiones para el Mercantil, pero ninguna clara. Alguna consigna que sale del banquillo hace aparecer la magia. La pelota circula al primer toque primero a la izquierda y después, en tres toques, llega al otro lado del campo donde la recibe Egea que se la adelanta y, viendo al portero ligeramente adelantado, lanza una certera vaselina desde fuera del área que se cuela por la escuadra lejos del alcance de cualquier portero. La belleza del tanto y el momento en el que se produce hace cambiar el partido. El Figueres se ve claramente superado a partir de ese momento por las ráfagas constantes de los delanteros mercantilistas. La jugada se repite: Víctor hace circular el balón con rapidez y lo recibe de nuevo. Chuta a gol y el rechace lo convierte en un centro que Torras remata a gol, el tercero.
Javi, Carlos, Iván y Obiols continúan suministrando balones a la media. Pilar, que ocupa la posición de medio centro, distribuye el juego creando peligro, sobre todo con un chute de falta que da en el poste. Martí, por su parte, regatea a un defensa y sube por la banda un balón que, en un fantástico cambio de juego llega a David. Éste recibe escorado por la derecha, levanta la cabeza y generosamente la cede a Torras que remata a la escuadra. El balón sale rebotado sin entrar en la portería.
El resultado final de 0-3 pudo ser mucho más abultado si se hubieran materializado los dos balones al palo, y un gol anulado. Satisfacción de todas formas en la expedición del Mercantil que vino, vió y venció.
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