Cirera UD "A" - CE Mercantil 1-0
La historia se vuelve a repetir. Un partido que se daba por ganado desde antes de comenzarlo se acaba perdiendo en el tiempo de descuento. Hoy la decepción ha sido doble por tratarse de una derrota ante uno de los equipos colistas de la clasificación.
El encuentro.
Arrancó el partido con un Mercantil muy bien colocado en el terreno de juego y haciendo circular con criterio el balón. Los primeros minutos mostraron que técnicamente eran superiores y que a priori no tenían por qué sufrir para ganar el encuentro y colocarse en puestos de ascenso. El Cirera sin embargo, mostraba su garra y sus ganas para no perder y evitar caer en lugares de descenso de categoría. Ante este panorama: talento contra empuje, no quedaba claro quien se llevaría en encuentro.
Las primeras ocasiones claras llegaron contra el área de Lucas. En el minuto 5 el equipo de Mataró lanza una falta desde el borde del área que detiene el portero. Dos minutos después el peligro llega a la portería local. La alternancia en las ocasiones de peligro empiezan a decantarse en favor del Cirera que cuenta con diversas llegadas. Sólo la inspiración de nuestro portero evita el gol en diversas ocasiones.
Pilar insiste en jugar por el centro y no aprovechar las bandas, hoy ocupadas por Egea y Obiols. Pero aún y así se consiguen saques de corner y aproximaciones que el portero local detiene. Dídac y Vílchez se dan cuenta y abren el juego. Como consecuencia se vuelve a intimidar al contrario. Falta paciencia para hacer una jugada que acabe en peligro real y quiza en gol. El último pase es impreciso y falta asustar. La superioridad técnica no puede en la primera parte con la intensidad que ponen los de Mataró.
En la segunda parte el Mercantil pierde pólvora. Da la sensación de que el partido se puede ganar en cualquier jugada aislada, pero también perder. El entrenador ha cambiado por completo el equipo. Se pierde el dominio en el centro del campo dando entrada de golpe a dos jugadores nuevos: Sergi yÁlex (éste último del l'alevín "C"). Aún y así ambos jugadors crean una jugada que acaba con vaselina sobre la salida del portero y fuera por poco.
Se abandona el poco juego exterior y David, sólo, tiene que luchar contra una contundente defensa muy bien colocada.
La clave del partido viene cuando en una excelente jugada de Obiols (quizá el mejor del equipo) es zancadilleado dentro del área rival. El árbitro señala incomprensiblemente no pita penalty sino falta fuera del área. Pilar lanza con peligro pero el portero detiene magistralmente, tanto el disparo como el posterior remate a bocajarro de David. Ahí estaba el 1-0 que hubiera dado el partido a los arlequinados.
Pero la falta de ambición se paga. Se premió el empuje del Cirera que en tiempo de descuento aprovecha una falta dentro el área señalada por cesión (discutible) al portero. El lanzamiento es detenido en primera instancia por Albert pero el rebote llega a un delantero que marca el 1-0. Los locales lo celebran como si hubieran ganado la Chapions, ante el desencanto de los del Mercantil.
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La contracrónica.
Acabado el encuentro se recogen diversos comentarios de la grada. Los locales, felices, reconocen que el contrario era mejor pero el empuje ha tenido una justa recompensa. Valoran en especial la actuación de su portero que se ha mostrado intratable.
La hinchada visitante valora que el árbitro debió pitar penalty a Obiols, que la cesión no era tal porque no había intencionalidad, que había jugadores infantles en el Cirera... Después, mil valoraciones, una por persona, dan diferentes enfoques a lo que ha sido el planteamiento del partido. Unos valoran el esfuerzo del entrenador por hacer que jueguen todos. Otros comentan que se pueden buscar alternativas, provar cambios de posición: por ejemplo Pilar de delantero centro, Obiols de extremo o Egea de pivote. Dar más minutos a algunos jugadores que llevan toda la temporada esperando la oportunidad de jugar un partido entero y afianzar su juego. Se pide hacer pruebas cuando el partido se tenga encarrilado y no antes.... el futbol tiene esa gracia, hay tantas visiones como personas.
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